CASTILLO FADIC, Gabriel - Epistemología y construcción identitaria en el relato musicológico americano
FICHA BIBLIOGRÁFICA
CASTILLO FADIC, Gabriel.
Epistemología y construcción identitaria en el relato musicológico americano. Rev. music. chil. [online]. July 1998, vol.52, no.190 [cited 07 June 2007], p.15-35. Available from World Wide Web:. ISSN 0716-2790.
******************
CASTILLO FADIC, Gabriel.
Epistemología y construcción identitaria en el relato musicológico americano. Rev. music. chil. [online]. July 1998, vol.52, no.190 [cited 07 June 2007], p.15-35. Available from World Wide Web:
GABRIEL CASTILLO FADIC
Periodista de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), nació en Chile en 1965. Es además licenciado en Estetica (1990) en la Puc, Estudio en la Ecole Normale Superieure de Paris (Ens-Paris), en 1993 y Dr. Artes y Ciencias (1998), en la Universite Paris I Pantheon-Sobornne de Francia.
Ha desarrollado estudios con relación al tema de identidad, en diversas áreas. En esta línea se ganó un proyecto Fondecyt el año 2000, como coinvestigador de la investigación “Perfil identitario del ser chileno a través de las artes, en el periodo 1933-1970”.
Actualmente se desempeña en el Instituto de Estética de la Facultad de Filosofía, de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
Ha desarrollado estudios con relación al tema de identidad, en diversas áreas. En esta línea se ganó un proyecto Fondecyt el año 2000, como coinvestigador de la investigación “Perfil identitario del ser chileno a través de las artes, en el periodo 1933-1970”.
Actualmente se desempeña en el Instituto de Estética de la Facultad de Filosofía, de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
HIPÓTESIS
“La diversidad de funciones musicales simboliza la presencia de numerosos modelos culturales y, por lo tanto, de una multiplicidad de sistemas de sentido que coexisten en desmedro de una aparente homogeneidad institucional.”[1]
Es tanta la diversidad que existe en América que no sería correcto el reduccionismo, para hablar de una sola identidad americana. Sin embargo, son las adversidades vividas por el pueblo americano las que logran crear un “alma continental”. Lo que plantea Castillo es que en contra de la violencia ejercida por que sea todo igual, se debe luchar por comprender y aceptar la heterogeneidad existente.
Es tanta la diversidad que existe en América que no sería correcto el reduccionismo, para hablar de una sola identidad americana. Sin embargo, son las adversidades vividas por el pueblo americano las que logran crear un “alma continental”. Lo que plantea Castillo es que en contra de la violencia ejercida por que sea todo igual, se debe luchar por comprender y aceptar la heterogeneidad existente.
TEMAS SECUNDARIOS
v Teoría. La teoría musical es posterior a la música, por lo tanto, toda la música poseería teoría y con ello se legitima su existencia.
v Identidad. La identidad está designada a partir de algo mayor que la sustenta. Por lo tanto, su existencia tiene que ver con la correlación de identidad con un principio de alteridad.
v “Teoría crítica de la música americana”. Para realizar un correcto análisis se utiliza la “teoría de la música americana”, que tiene un objeto doble: Por un lado, definir o descubrir la identidad que designa el relato musicológico. Por otro lado, definir o descubrir cómo la música ha influenciado en la construcción de una identidad social.
v Poder. Las artes han estado ligadas al poder, lo que le ha permitido mantener un status, siendo así designada de popular o docta. Obviándose con ello su real significación por origen, contexto, etc.
v Modernidad. La modernidad de Europa se valida en el control del “otro”, no por sí misma. El análisis que se hace al respecto no llega a ser profunda, ya que es fragmentaria y sin continuidad.
v Fuentes. Tienen numerosos defectos. Como por ejemplo, no readapta sus parámetros, siendo que en la propia música occidental ya es cuestionable sus categorías.
v Artesanía. La historia oficial en relación a la música y al conducto que sigue esta en Latinoamérica, lleva a considerar a lo realizado como una artesanía que no logra ser una composición moderna.
v Auditor. No todos percibimos de igual forma la música. Existen dos parámetros tras los cuales hay quien “escucha” y otro que “oye”. Entendiendo el primero como inercia, en contraste con la audición que requiere un grado de cultura, que nos lleva a cuestionarnos sobre el qué y el cómo.
v Identidad. La identidad está designada a partir de algo mayor que la sustenta. Por lo tanto, su existencia tiene que ver con la correlación de identidad con un principio de alteridad.
v “Teoría crítica de la música americana”. Para realizar un correcto análisis se utiliza la “teoría de la música americana”, que tiene un objeto doble: Por un lado, definir o descubrir la identidad que designa el relato musicológico. Por otro lado, definir o descubrir cómo la música ha influenciado en la construcción de una identidad social.
v Poder. Las artes han estado ligadas al poder, lo que le ha permitido mantener un status, siendo así designada de popular o docta. Obviándose con ello su real significación por origen, contexto, etc.
v Modernidad. La modernidad de Europa se valida en el control del “otro”, no por sí misma. El análisis que se hace al respecto no llega a ser profunda, ya que es fragmentaria y sin continuidad.
v Fuentes. Tienen numerosos defectos. Como por ejemplo, no readapta sus parámetros, siendo que en la propia música occidental ya es cuestionable sus categorías.
v Artesanía. La historia oficial en relación a la música y al conducto que sigue esta en Latinoamérica, lleva a considerar a lo realizado como una artesanía que no logra ser una composición moderna.
v Auditor. No todos percibimos de igual forma la música. Existen dos parámetros tras los cuales hay quien “escucha” y otro que “oye”. Entendiendo el primero como inercia, en contraste con la audición que requiere un grado de cultura, que nos lleva a cuestionarnos sobre el qué y el cómo.
OPINIÓN CRÍTICA
Gabriel Castillo se sitúa desde lo culto, para hacer una revisión de la teoría que analiza la música docta latinoamericana. A partir de entonces descubre una serie de fallas que derivan en que la música realizada hasta hoy en día en nuestro continente va a ser catalogada de inferior a priori.
Para hablar de “música latinoamericana” debemos partir de la premisa de que señalar latinoamericano de una manera reduccionista es obviar las infinitas identidades existentes en América. Por ello, es necesario tener en cuenta que esta generalidad da cuenta de fenómenos sociales a los que responde la música como parte de la historia.
Es importante destacar también que si la teoría es posterior a la música y es esta la que la legitima, entonces toda la música debe ser considerada como tal ante la mirada docta como la popular. En ello encontramos un vacío para poder analizar correctamente lo que es marginado desde la musicología y no es considerado popular.
Una de las principales fallas en el análisis de la música latinoamericana, es que no se le reconoce como algo nuevo, sino que se le considera lo “diferente” a lo que ya está. Validándose desde el conocimiento occidental europeo, en esto que parece ser tan igual existe una asimetría dada por el poder. La música americana pierde validez, ya que es analizada desde un discurso musicológico europeo. Es importante entender que la música docta americana tiene una doble exigencia: por un lado, está descontextualizada por su origen e historia. Por otro, se mantiene alejada de quienes la legitiman. El problema de la falta de escritura evita mayormente el desarrollo a nivel europeo y aumenta su discriminación.
Lo americano logra reunirse principalmente a través de sus falencias. Se descubre mucho mejor lo que no es, de lo que es, por su diversidad identitaria, por eso su división en americanos de Estados Unidos del resto de los latinos, ya que estos últimos, es mucho lo que les falta, por lo que logran unirse a partir de sus dificultades. Esta forma de reduccionismo no logra ser correcta y ante ello, el mejor antídoto es la “reivindicación de la diferencia”.
Aún con las dificultades mencionadas se logra desarrollar una música docta propia de América Latina, pero que tiene que superar aún mayores dificultades ya que es categorizada como un excedente de lo que tradicionalmente se conoce. Castillo plantea que los defectos en sus fuentes causarían que siempre fuese considerada como una música menor, ya que es analizada desde la música europea que claramente lleva la delantera.
Hay teóricos americanos que han tratado de clasificar la música latinoamericana a partir de ella misma, pero aún así hay una mirada inferior, catalogándola de “monótona e imperfecta”. Es necesario revertir esto, sin que se transforme en una teoría simplista y falta de estética musical. La música de América Latina es definitivamente distinta a la europea y no una derivación mal hecha de esta.
En conclusión, lo que hasta hoy en día existe sobre teoría en música americana, no ha sido suficiente. Castillo señala al respecto que “una teoría crítica general americana es aún una ciencia incipiente y que ella depende del desarrollo de herramientas analíticas adecuadas y de la superación del miedo intelectual endémico que impide poner entre paréntesis, aunque sea de manera provisoria, la epistemología occidental.”[2]
Para hablar de “música latinoamericana” debemos partir de la premisa de que señalar latinoamericano de una manera reduccionista es obviar las infinitas identidades existentes en América. Por ello, es necesario tener en cuenta que esta generalidad da cuenta de fenómenos sociales a los que responde la música como parte de la historia.
Es importante destacar también que si la teoría es posterior a la música y es esta la que la legitima, entonces toda la música debe ser considerada como tal ante la mirada docta como la popular. En ello encontramos un vacío para poder analizar correctamente lo que es marginado desde la musicología y no es considerado popular.
Una de las principales fallas en el análisis de la música latinoamericana, es que no se le reconoce como algo nuevo, sino que se le considera lo “diferente” a lo que ya está. Validándose desde el conocimiento occidental europeo, en esto que parece ser tan igual existe una asimetría dada por el poder. La música americana pierde validez, ya que es analizada desde un discurso musicológico europeo. Es importante entender que la música docta americana tiene una doble exigencia: por un lado, está descontextualizada por su origen e historia. Por otro, se mantiene alejada de quienes la legitiman. El problema de la falta de escritura evita mayormente el desarrollo a nivel europeo y aumenta su discriminación.
Lo americano logra reunirse principalmente a través de sus falencias. Se descubre mucho mejor lo que no es, de lo que es, por su diversidad identitaria, por eso su división en americanos de Estados Unidos del resto de los latinos, ya que estos últimos, es mucho lo que les falta, por lo que logran unirse a partir de sus dificultades. Esta forma de reduccionismo no logra ser correcta y ante ello, el mejor antídoto es la “reivindicación de la diferencia”.
Aún con las dificultades mencionadas se logra desarrollar una música docta propia de América Latina, pero que tiene que superar aún mayores dificultades ya que es categorizada como un excedente de lo que tradicionalmente se conoce. Castillo plantea que los defectos en sus fuentes causarían que siempre fuese considerada como una música menor, ya que es analizada desde la música europea que claramente lleva la delantera.
Hay teóricos americanos que han tratado de clasificar la música latinoamericana a partir de ella misma, pero aún así hay una mirada inferior, catalogándola de “monótona e imperfecta”. Es necesario revertir esto, sin que se transforme en una teoría simplista y falta de estética musical. La música de América Latina es definitivamente distinta a la europea y no una derivación mal hecha de esta.
En conclusión, lo que hasta hoy en día existe sobre teoría en música americana, no ha sido suficiente. Castillo señala al respecto que “una teoría crítica general americana es aún una ciencia incipiente y que ella depende del desarrollo de herramientas analíticas adecuadas y de la superación del miedo intelectual endémico que impide poner entre paréntesis, aunque sea de manera provisoria, la epistemología occidental.”[2]
[1] CASTILLO FADIC, Gabriel. Epistemología y construcción identitaria en el relato musicológico americano. Rev. music. chil. [online]. July 1998, vol.52, no.190 [cited 07 June 2007], p.15-35. Available from World Wide Web:
[2] Pág. 13
Etiquetas: análisis música, Epistemología, Gabriel Castillo, Latinoamerica, Música
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home